miércoles, 14 de septiembre de 2011

Las locuras de la casa de al lado

El diario de las locuras de la casa de al lado.

14/09/2011

La loca



 Después de tres días sin Carmen, volvemos a encontrarnos, podría decir que la echaba de menos, pero seria mentir como una bellaca.

Hoy el pianillo maldito ha empezado a sonar antes de la una y media. Será para recuperar el tiempo perdido. Digo yo.

 Aunque tengo la ligera sospecha de que el motivo de tanta prisa a sido una flauta dulce, la que a estrenado mi niño hoy en el cole, donde le han pedido que practique la nota “si”. Y como estaba emocionado con eso pues ha llegado y se ha puesto entusiastamente a practicar. No habrá estado ni diez minutos, pues tenemos que comer y esas cosas, pero aún les ha costado menos a los habitantes de la casa de al lado de poner el pianillo diabólico en marcha. Que la verdad yo pienso que si les ha molestado la flauta por diez minutos, el pianillo por toda la tarde les tienen que estar dando la monserga muchísimo  más, y más a ellos que a mí, porque si en mi casa se oye apagadamente, en la suya debe ser un escándalo, pues tenemos buenas paredes y buenos cristales. Como ya os comenté.

 Pero lo que más me preocupa no es eso, lo que me tiene aterrada hoy es que, además  de la música, hoy hay acompañamiento de voz, la habitante adulta de la casa de al lado, también está tarareando y cantando,  y se va a dejar la voz en ello intentando que yo la oiga bien, aunque ese es su problema; el mío y el de todos es que estamos en plena época de gota fría, y que el Júcar se desborde no es precisamente infrecuente.  ¡Por favor!, ¡Qué mal canta esa mujer! Debería haber alguna multa por cantar tan mal. U obligarla a tomar un seguro de responsabilidad civil, por si desencadena las lluvias torrenciales que puedan causar inundaciones.
 A la habitante de la casa de al lado, por lo que yo he podido averiguar, pero así, sin mucho esfuerzo, porque seria un esfuerzo inútil, le encantan dos cosas, la limpieza de su casa, y la música. Con ambas ella puede fastidiar al prójimo tan ricamente. Y eso es lo que hace, siempre que puede.

¿Como puede uno fastidiar al prójimo limpiando su casa? Parece una pregunta de  esas que salen en los cursos de autoayuda.  No es muy misterioso esto, de hecho es muy sencillo, aunque yo hasta que esta gente vino nunca lo había pensado.  Ella puede llegar a parecer una señora muy limpia, pues es cierto que limpia mucho, de  hecho es lo único que hace en la vida. Limpiar y fastidiar, y en días como este también cantar, pero después de limpiar les echa la mierda a los demás, o a la calle, que es de todos. Y eso es algo que yo no he hecho ni  haría jamás, ni se me hubiera ocurrido antes de las didácticas lecciones de los habitantes de la casa de al lado.

 Cuando teníamos una relación que incluía hablarnos, cosa que ya no tenemos, porque deciros una relación normal es mucho decir, eso nunca ha pasado,  Recuerdo que un día, sería por octubre o noviembre, esos meses que aquí en el Levante suele llover, volvía del cole con mi niño y la encontré con todo su cuerpo fuera de una ventana del primer piso limpiándose la persiana, en una posición de precario equilibrio, y realmente peligrosa pues todo estaba mojado, pues acababa de llover, me asusté por ella, y le dije  - Pero si va a llover, ve con cuidado- Porque el cielo ya no podía amenazar más, acababa de llover y nada presagiaba que no iba a volver a hacerlo, es más  parecía que la tormenta que se cerraba iba a ser terrible. Ella me miró y me contestó desde su peligrosa postura, - ¡AAAAYY, hija mía, no digas eso, por el amor de Dios!- Yo no dije nada, pero me quedé mirando al cielo, a modo de respuesta, queriendo decir  "no lo digo yo, es evidente” y ya no le volví a indicar nada sobre el tiempo y la limpieza. Por cierto aquella ventana no pudo terminarse de limpiar, pues, cerrando yo la puerta de mi casa cayó un chaparrón, que los charcos llegaron a subirse por el bordillo de las aceras.


 Aquel día empecé a sospechar que la habitante adulta de la casa de al lado no solo era una mujer especial, sino que debía tener problemas más serios.

 Por aquella época la habitante adulta de la casa de al lado tenía problemas con los vecinos de su otro lado. Que son unas personas muy agradables, más mayores que ella y por supuesto que yo, y que no hablan por no ofender. ¡Sí, ya sé lo que pensáis! ¿Cómo se puede tener problemas con unas personas así?  Pues no se puede, cuando hablamos de gente normal, pero volviendo al principio, ella no lo es, una persona normal no limpia las persianas cuando llueven torrentes y torrentes de agua. Una persona normal no pone un trocito de canción de un minuto o menos durante horas y horas. No, no es normal. Y por lo mismo tenía problemas con las personas más amables del vecindario.

 Nuestra protagonista, al habitante adulta de  la casa de al lado, que es un nombre muy largo, y lo voy a  abreviar por el apodo que se ha ganado entre el vecindario “La Loca”, friega su casa un montón de veces al día, y la acera, la de la calle, al menos tres veces todos los días. Pues, cada vez que fregaba, tenía que echarle el cubo de agua delante de las puertas de la casa de estos señores mayores, donde, en consecuencia, siempre estaba mojado, con lo cual al entrar el coche en la cochera se mojaban las ruedas y ensuciaban el  piso de la cochera.  El delito que cometieron estos señores fue ir a pedirle por favor que no lo hiciera, que echase el agua, como todos, en las rejillas que hay en la calle,  para este fin, entre otros. Su respuesta- ¡Yo tiraré el agua donde me de la gana, pues la calle no es tuya!-¡A mi nadie me tiene que decir como tengo que hacer las cosas!- A voz en grito, con muy malos modales, y acto seguido ya nunca volvió a dirigirles la palabra. Es más, no solo no dejó de tirar cubos de agua sucia con productos, sino que duplicó o triplicó el número de cubos, echó tantos cubos de agua de fregar que un día que llovió así con un poco de fuerza, de la calle empezó a salir espuma blanca, y parecía aquello la fiesta de la espuma. Me gustaría haber hecho una foto, porque si no fuera por lo dramático, seria para partirse de risa. Yo jamás había visto salir espuma blanca de una calle por efecto de la lluvia. Pero ya iréis viendo que yo era muy ignorante, y que las cosas extraordinarias no terminan todavía con esta.



 Después del incidente pastillero de “El Cojo”, del que pagamos el pato mi familia, ¿ahora ve tu y averigua el por qué?, los cubos fueron repartidos entre los señores de su otro lado y mi casa. Pero yo no soy tan buena gente y como lo que hacía está prohibido por la ordenanza municipal, mandé para su casa quien se lo hiciese saber, y el tema de los cubos cesó. Aún así, tanto la acera que pasa por delante de su casa, como la calle, al anochecer cambian de color, pues se humedecen más que las demás, e incluso de día, brilla más ese trozo de acera que el resto. ¡Si le ha sacado brillo al portland de los adoquines! ¡los ha pulido a fregonazos! Eso si, ahora ya no tenemos fiesta de la espuma. Menos mal.

 Ahora son las cuatro y cuarto de la tarde, y “Carmen” con su "toreador" sigue a lo suyo, no creáis que ha cesado, no. Y lo que le queda. Luego dicen que los juguetes de ahora se rompen enseguida. Pues este debe ser la excepción, por que con las palizas que le meten, y ahí esta, dale que te dale.
  La próxima entrega os cuento como fastidia la música, ahora tengo que seguir con mi vida, no puedo perder más tiempo con la de los habitantes de la casa de al lado. Sólo el que me roban de mis siestas, que es muy poco para todo lo que se podría contar.


4 comentarios:

Julián dijo...

El episodio de hoy se ha escrito con más prisas o quizás a causa del cabreo, un poco mayor que el de otros días (revisa las faltas y la estructura).

Respecto al pulido de la acera comentar que lo puedo corroborar. Desde el principio de la calle se ve toda la acera homogénea hasta que llegas a la casa de la loca. Ahí se ve la mancha, que no es tal. ¡¡El cemento tiene brillo!!

Sugiero que tu niño se aprenda también el trocito de Carmen y lance un contraataque jajajaja.

vmaria dijo...

Pido disculpas por las faltas, he vuelto a revisar el texto. Lo de la estructura es más dificil de corregir. Pero hoy tenia mucha rabia que canalizar.
Gracias por el consejo, creo que voy a enseñarle al niño el tema y así que hagan un dueto de pianillo y flauta.

sugusu dijo...

Pues mira,igual monto yo el trombón y hacemos una xaranga....

Julián dijo...

Yo puedo acudir como invitado con mi teclado.
The Loca's Quartet in concert. Live.