domingo, 4 de diciembre de 2011

Contra el sistema.

Igualdad de oportunidades.

Las altas esferas, tanto de un lado como del otro se llenan la boca con estas palabras, pero la realidad que vivimos dista mucho de llegar siquiera a intuir que eso pueda existir. 
Solo voy a contar una historia triste que tuve que escuchar y rebatir, aunque me quede con muy pocos argumentos para hacerlo.
Durante el curso anterior además de trabajar en un instituto, me dediqué también a la enseñanza privada, dando clases de repaso, y conocí a una chica maravillosa que estaba teniendo problemas con su curso de 2º de la ESO. Como la tenía muchas horas a la semana a ella sola, se creó un ambiente muy agradable y de mucha confianza entre las dos, respecto a temas del colegio, de profesores, de compañeros y de asignaturas.
 Y en una de esas sesiones, en las que mi alumna ya no daba más de sí, porque trabaja muchísimas horas, pues todas las que pasaba en el colegio, más dos horas que estaba conmigo, todos los días, suman la friolera de nueve horas de estudios al día. Para una niña de 13 años, si los tenía. Y no es un caso aislado.

Pues bien, a lo que iba, una de aquellas tardes, en las que ya no daba más de si me dijo, muy triste “Profe,  yo soy muy burra, no me entran todas estas cosas, yo no sirvo para nada” Aquellas palabras me llegaron al alma, porque yo sabía que no era cierto, pero ella lo dijo completamente convencida de que así era. En todo el tiempo que llevaba con ella, me había fijado en que hacía unos dibujos estupendos, tenía caricaturizados a muchos de sus profesores, y expresaba muy bien ideas a través del dibujo. Le gustaba el deporte e iba voluntariamente a un taller de música de instrumentos tradicionales, porque era capaz de tocar bastante bien cualquier instrumento.  Como sabía que era buena en arte y deporte se lo dije. “Pequeña, no digas eso, tú haces unos dibujos preciosos, tocas y cantas muy bien, y eres buena deportista”  Pero ella me replicó “¡Ya!¡Pero todo eso es muy fácil!” Restándole importancia, como si eso no tuviera ningún valor, yo estaba aterrorizada de aquel desanimo y le dije “ ¿Tú consideras que yo si que valgo, que yo soy inteligente y buena en lo que hago?” Ella me miró como extrañada de una pregunta cuya respuesta era tan obvia “ pues claro, tú sabes muchísimas cosas que yo nunca aprenderé” Y entonces le dije con toda la humildad y para poner en valor tan hermosas cualidades “Pues soy incapaz de hacer ninguna de esas cosas que a ti te parecen muy fáciles, ninguno de los dibujos que tienes y menos tocar un instrumento o afinar una nota, soy horrible, me es sencillamente imposible, así que no subestimes tus cualidades, porque no son fáciles, de hecho a mi me parecen muy difíciles y me veo incapaz de realizarlas” Conseguí una pequeña sonrisa y vi que había puesto un valor, luego hablamos de que cada persona tiene unas cosas mejores que se le dan mejor  y unas cosas peores que le cuestan más, y eso condiciona lo difícil que nos parecen las cosas.  Al final de curso lo aprobó todo, y yo me alegré, no sin esfuerzo, y no podrá seguir los estudios sin un gran esfuerzo de su parte, porque su inteligencia y sus habilidades no son las que se consideran las apropiadas en el sistema que tenemos, pero pienso que lo conseguirá, aunque sus oportunidades no son como las mías, no. Y ¿Por qué? Pues porque el sistema está diseñado para un modelo muy concreto de inteligencia, y con unos objetivos muy discriminatorios, no sé en que año del siglo pasado o el otro se diseñó, pero es obvió que no responde a las necesidades actuales, solo hay que ver los resultados.
                                                  
¿Porqué una niña  encantadora llega a verse tan derrotada? Lo veo cada día, esta chica solo la tuve más cerca, pero no es un caso aislado. Se ven así porque no dominan bien la lengua, que entre unas y otras ocupan de diez a doce horas del horario lectivo, o porque tienen problemas con las matemáticas que también se llevan unas cuatro a seis horas, entre refuerzos y demás. Si tienes problemas con la expresión  mediante palabras, vas a tener dificultades en ciencias  naturales o sociales, que juntas suman unas ocho  horas, y te pasas la mayoría de las horas de un día sintiéndote inferior o mal por no ser capaz de llegar a conceptos abstractos y absurdos para ti, mientras que si se destaca como nadie en música, y se es capaz de expresar un montón de cosas con las notas musicales, solo tienes una hora con suerte dos a la semana, pero no en todos los cursos, porque no es lo suficientemente importante para llevar un seguimiento regular durante todos los cursos, en algunos es prescindible y desaparece, y por tanto alguien bueno en esto pues siente que no es muy importante. Es cierto que puedes perfectamente pasarte la vida sin afinar una sola nota musical, es mi caso, los profesores que tuve a lo largo de mi escolarización no lo dominaban y nuca di nada de música, pero también es cierto que puedes desarrollarte perfectamente igual sin saber realizar el análisis morfosintáctico de una oración compuesta subordinada, que eso si que me lo enseñaron pero  si no lo supiera igual podría seguir.  Igual pasa con materias como la plástica, dibujo, manualidades, o la tecnología, que tiene un alto contenido en práctica, en hacer cosas, no en decir cosas, apenas ocupan una o dos horas lectivas, y si hay una no hay la otra. Mi alumna no tenía en el curso pasado ninguna , ni plástica ni tecnología, por lo tanto sus preciosas habilidades de  dibujar y realizar cosas, su forma básica de expresión quedó relegada a nada, durante segundo, ni una hora para sentirse a gusto, para sacar lo que realmente se es. Menos mal que la educación física aunque solo con dos horitas a la semana es regular para todos los cursos, aunque nunca se ha considerado una asignatura de verdad, y si bien es cierto que ha tomado valor a lo largo de estos años sigue siendo una asignatura de segunda, y los que son buenos en esto, y a pesar del deporte de élite, no son especialmente valorados, Es típico, “Lo ha suspendido todo menos gimnasia, ya ves, pues todo suspenso”
Si de verdad se quisiera dar igualdad de oportunidades y solucionar los problemas del fracaso escolar se debería rehacer el sistema  por completo, dando el mismo valor a todas las capacidades que se pueden desarrollar.  Alguien que ha tenido  problemas con la aritmética básica, lo que se enseña en primaria, jamás podrá resolver solo un sistema de ecuaciones lineales o una ecuación de segundo grado, sintiéndose mal por ello, pero quizás sea perfectamente capaz de armar de forma primorosa cualquier máquina, o de desarrollar un deporte de forma virtuosa. Pero no tiene esa oportunidad, no por el canal normalizado, por el obligatorio, y por el que sus padres apuestan más fuerte, y sobre el que se tendría que poner la lupa y rectificar a fondo.
Soy consciente de que todas estas materias que llaman instrumentales, porque son muy prácticas, necesitan un presupuesto considerable, pues se han de dotar de materiales, instrumentos, etc., un taller de pintura, por ejemplo, necesitaría un aula especial, caballetes, pinturas materiales para hacer los lienzos… En fin dinero, pero no estoy segura de que esto  bien hecho costase más dinero que el sistema que tenemos, con un millón de programas especiales, pedagogos, educadores y especialistas, para que lleguen todos a saber la diferencia entre un adjetivo posesivo o uno demostrativo, o saber conjugar el pretérito pluscuamperfecto del verbo REPETIR, o saber la diferencia entre una ecuación lineal y una parábola. Y repetir y repetir cursos y cursos, para nada casi siempre. Esperando sin hacer nada, con lo que ello conlleva,  a tener la edad para salir del sistema. Cada curso especial, y programa especial cuesta mucho dinero, y la sensación de los estos alumnos es de que no son capaces de hacer nada, de inferioridad, hay que ponéroslo más fácil porque ellos son del PDC (programa de diversificación curricular) y por tanto menos capaces que los demás.
      
 Sin embargo a pesar de todo esto parece la sociedad siempre tiene que ir al revés, y en vez de buscar soluciones prácticas al problema real, lo que se hace es machacar más todavía, si algún chico o chica tiene problemas con las lenguas, entones, se le quita la opción de realizar una optativa de su gusto (como dibujar, hacer cosas manuales, informática) y se le obliga a ir a un refuerzo de eso que se le da fatal, y aunque puede parecer que es lo correcto, a una edad determinada eso es como una condena a sentirse mal más tiempo, y los adolescente son muy proclives a sentirse mal.
Yo no estoy diciendo que las lenguas y las matemáticas no sean importantes, estoy diciendo que aunque se necesita una base, existen muchas más cosas, y no todos tienen la capacidad de superar los contenidos de la enseñanza obligatoria tal como está, y no debería ser así, se debería potenciar a cada uno en aquello en lo que puede ser mejor, ya que algunos les encantan las materias mayoritarias y a otros las minoritarias, los que son buenos en las mayoritarias tienen prestigio y los que son buenos en las minoritarias son inútiles (no lo son pero así se les hace pensar). Y esto dista mucho de lo que se pudiera entender por igualdad de oportunidades.

                                             
  

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